Peter Kürten fue un asesino en serie alemán cuyo apetito por la sangre de sus víctimas le valió el apodo. Luego de su decapitación en la guillotina, los médicos examinaron su cerebro en búsqueda del origen del mal. Hoy la cabeza, partida a la mitad, está en exhibición en el lugar menos pensado, lejos de su casa en el oeste de Alemania donde …
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